EL MIEDO ¿Cómo afecta en la adicción?
Articulo publicado en la revista digital CULTURA DE PAZ
He trabajado casi por 10 años con jóvenes con problemas de adicción tanto a drogas legales (alcohol y cigarro) como a drogas ilegales (marihuana, cocaína, etc.) y de esta manera pude ver que algo que está en tantos libros no se populariza porque cuando hablamos de los adictos es más fácil verlos como si fueran el problema, pero no es así, más al contrario solo es un factor de todo el problema, puesto que en un grado de responsabilidad esta también la familia y sus miedos como factor preponderante en el presente escrito.¿Qué es
el miedo? Esta entendido como la respuesta natural o emoción esencial que
aumenta la energía en momentos de peligro y genera acciones de precaución y
prudencia, que nos ayuda para aprender y auto cuidarnos1, pero lo que traen los padres
de los adictos se llama neurosis, entendida como un estado de ánimo que lleva
al individuo a sentirse deprimidos con sentimiento de culpa, envidia, ira y
ansiedad, este último fácilmente confundido con el miedo, por eso los padres
usan el supuesto “miedo” para justificar su sobreprotección o su excesivo
control hacia los hijos, y para ver la diferencia cito a Proyecto Hombre que me
enseño que la ansiedad, es entendida como una respuesta emocional de alerta con
una sensación de impotencia e incapacidad para enfrentarse a eventos
amenazantes, ahora ¿Qué tipos de eventos amenazantes? Pues el diccionario de
psicología nos dice que puede ser físicamente real o incluso imaginariaos,
siendo reflejada en tres niveles: fisiológico, cognitivo y conductual, lo
fisiológico2: La
ansiedad tiene mucho que ver con las anticipaciones de lo que puede suceder, de
nuestras previsiones sobre lo terrible que puede ser el futuro, inundando
nuestra mente un torrente de pensamientos sin control e ideas irracionales.3
Estos
tres niveles de respuesta están íntimamente relacionados, de manera que todos
influyen sobre todos. Para ejemplificar hago mención a dos pacientes y para eso
usare seudónimos Ejemplo; el primero, “Juan Pérez menciona, mi hijo tiene que
estudiar porque si no nunca será alguien en la vida y a ¿quién le voy a dejar
el negocio? Ya le prometí que sería de él, pero ni con eso estudia el niño” (J.
Pérez, entrevista, 2017) el padre que está preocupado por su hijo, “niño” de 35
años de edad, que no terminan una carrera, pero estudia en todas las
universidades e institutos que puede.
Y el segundo ejemplo “María Fuentes indica, no puede
conseguir trabajo, se lo busco y no dura, dice que esta estresado y con
depresión por eso me ayuda en la tienda pero yo administro el dinero que gana
porque si no se lo gasta en alcohol y mujeres”(M. Fuentes, entrevista, 2019),
la madre que busca trabajos para su hijo, incluso llegando a darle trabajo ella
misma en su empresa y llegando a extremos le paga por vivir en casa y ayudarle
en ventas asimismo administra el dinero por “miedo” a que su hijo lo gaste.
Para
explicar los tres niveles de la ansiedad en el primer ejemplo el padre que paga
universidades por más de 10 años sin ver resultados se evidencia que el padre
piensa “tiene que estudiar, porque si no estudia no será alguien en la vida,
¿dónde terminará toda mi herencia que le voy a dejar?” (componente cognitivo),
el solo pensarlo hace que el padre sufra una contracción muscular, aceleración
respiratoria y cardiaca, sequedad en la boca, etc. (componente fisiológico),
que lo lleva a llamar a sus contactos o amigos y buscar universidades,
institutos e incluso a inscribir a su hijo para luego comunicarle que empieza
el lunes a estudiar. (componente conductual). Y esta explicación se aplica al
segundo ejemplo también.
Entonces
no es el miedo que nos ayuda a sobrellevar las cosas sino ese estado emocional
que es descrito por Ariel Joselovsky (2016) como un tirano que da peso a
nuestras vidas un peso que abra de llevar nuestro organismo y nuestro espíritu,
el mismo que genero ese mínimo de miedo permanente llamado “ansiedad”, del que
no se es consciente y con el que se convive4.
Por
consiguiente, los hijos que son criados y educados con este tipo de padres ya
en la adolescencia presentan conducta adictiva y usan la ansiedad de los padres
para manipular el ejemplo del padre que paga universidades, el hijo promete
estudiar cada año, solo esperando que la herencia caiga en sus manos para poder
disfrutarla, de la misma forma, la madre que paga o busca trabajo, el hijo
promete trabajar y ser responsable, usando ese miedo ilógico (ansiedad) en
contra de ella. Entablando de esta manera una relación codependiente5.
Considero
al respecto, que gracias a la psicoterapia se puede hacer algo con este
problema, tanto con los padres como con los hijos. Con los hijos, se pude
trabajar la frustración y la actitud que sería la solución a este problema y el
dueto ganador en la vida puesto que con la frustración aprenden a ser más
fuertes y resilientes, de la misma forma creando una actitud optimista ante la
vida, luchando y aprendiendo de cada frustración porque gracias a esto
lograremos vivir y disfrutar el éxito6. Con los padres se pude
aprender y practicar la comunicación como un arte para trasmitir sus
conocimientos a sus hijos no los miedos aprendidos, sino conocimientos, de esta
forma los hijos aprenden a cuidarse y ser independientes, todo esto usando este
don tan bello que tenemos y poder comunicarnos, no cerrarnos, no ser egoístas,
sino todo lo contrario poder lograr que nuestras ideas se unan a las de
nuestros hijos y que mejor que empezar en un ambiente conocido como el hogar.
En síntesis de todo lo mencionado cabe recalcar que
la ansiedad influye en el desarrollo de la conducta adictiva gracias a nuestra
forma de pensar (componente cognitivo) y por ende a nuestros hijos por nuestra
forma de actuar (componente conductual) pero de manera negativa puesto que le
heredamos miedos que no son suyos con la sobreprotección o con el excesivo
control, lo cual convierte a la familia en un factor de riesgo para el joven,
que lo deja indefenso ante los otros factores que pueden empujarlo a cualquier
dependencia o adicción ya sea de drogas legales o ilegales e incluso
emocionales. Y finalmente el miedo es positivo porque gracias a esta emoción y
la forma como los vencemos, se puede educar a nuestros hijos con ejemplo, con
un equilibrio entre lo que pensamos, sentimos y actuamos, convirtiendo a los
padres y familia en un factor de protección, solo de esta manera heredaremos
una forma de vida sin dependencias y coadyuvaremos al desarrollo de su propia
autonomía e independencia.
Referencias
Bibliográficas:
Consuegra,
N. (2010). Diccionario de psicología, Bogota DC: Ecoe Ediciones.
Proyecto
hombre. (2013) La Ansiedad: control de emociones. ICARO B. España.
Joselovsky,
A. (2016). El origen de la ansiedad, Barcelona – España: Ediciones B, S.A.
Limachi, G. (2018). ¡Vive! Realmente, La Paz –
Bolivia: Talleres Portal Graf.
Autor del libro, ¡Vive! Realmente
Psicólogo clínico titulado en la Universidad Mayor de San Andrés - Bolivia, especializado en España como terapeuta experto en comportamiento adictivo. Trabajó como docente en la universidad Franz Tamayo (UNIFRANZ)
Psicólogo de la comunidad papá Juan XXIII La Paz - Bolivia.
Asimismo, es conferencista internacional.
Con más de 12 años de experiencia.
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